Contradicciones humanas - Por: Eduardo Bechara Navratilova
Los seres humanos somos tristes
y felices,
hablamos de amor,
nos empeñamos
en propagar la desdicha.
Cuando tenemos compañía
queremos soledad,
en soledad
deseamos compañía.
Exigimos justicia.
Al momento de aplicarla
somos elásticos.
Queremos igualdad.
Hacemos todo para ser
desiguales.
Hablamos más de la cuenta.
Con frecuencia debemos
corregir nuestras palabras.
Anhelamos bondad,
somos crueles,
despiadados,
celosos,
precavidos
y desconfiados…
Oscuridad
y luz nos habitan
como mariposa negra
de alas coloridas.
Aceptamos
nuestra condición.
Eso no evita
el enredo de ilusiones…
La pasión
y el fracaso
pelean
como perros
rabiosos
al interior de nosotros…
Defendemos a los hombres
por encima de cualquier especie
a sabiendas de que somos
depredadores
máximos.
Damos tristeza.
Aun así
nos sentimos
felices
de ser humanos…
Del poemario "Conexión Brasil"
www.eduardobechara.com
escarabajomayor1@gmail.com
Fotos: 1. Eduardo Bechara Navratilova & Carolina Lopera en el estadio Mané Garrincha, Colombia 2 Vs Costa de Marfil 1. 2. Mario García, Carolina Lopera & Eduardo Bechara Navratilova en la celebración del primer gol de Colombia, Colombia 1 Vs Costa de Marfil 2. Foto 3. Celebración de la victoria en Brasilia, Colombia 2 Vs Costa de Marfil 1.
Comments
Lamento ser ese espíritu (insolente, imprudente, estúpido, ingenuo e innecesario) de amarga sinceridad que te diga esto, pero tu poesía en general es mala (una pérdida de tiempo), un abuso no consensuado del idioma que agoniza y seguirá agonizando. Tu poesía (si, tus poemas) es insulsa y sin gracia, flácida como un pene de flan. No obstante, respeto el intento y el deseo de trascender que le impones a tu blog y tus escritos (en especial a tu prosa); Y al mejor estilo de "No comparto lo que dices, pero moriría por defender el derecho que tienes de decirlo", creo que debes retirarte, al menos, de los versos. Amigo mío, deja las comas en paz, vuelve al litigio hay muchos casos en este país por resolver, hay mucho trabajo, y próximamente, con esto de la justicia transicional cualquiera hace su agosto, y también, porque no, su diciembre.
Pd1: La publicación de la casa de mi infancia en El Tiempo, es un asco masturbatorio, una recreación insulsa, diletante y malograda de una cuasi-aura pueril con diminutivos pedantes y emasculados que laceran el ano con tan solo deslizar las pupilas por decenas de líneas carentes de alma que cubiertas en colgajos de influencias musicales (corrientes) y descripciones melindrosas (poco significativas), revelan el sentir decadente (etéreo en conjunto) de una pubertad que se deja entrever bastante ambigua (afeminada). Si, como un Lorca en celo pidiendo su solapa española.
Pd2: Insisto, insisto. Lamento ser yo quien te lo diga, pero es que muchas veces en esto de escribir y ser leído, uno se rodea de gente (incluyendo “jurados y eruditos”) que por cariño, simpatía y/o estima olvidan decir la verdad acerca del producto realizado, y en esto de la poesía, la poesía de substancia (esa que es cruda y real, vivida), no hay medias tintas; O lo tienes o no lo tienes, así de simple.
Y tú, tú, no lo tienes;
Saludos.
FGM