Richmond desde el ‘infield’ – Parte III – Por: Eduardo Bechara Navratilova


Gordon decide no entrar a ‘pits’. Culebrea tras el ‘pace car’ seguido por Burton, Harvick, Montoya y Newman. Kyle, Hamlin y Johnson entran. Cambian neumáticos y salen en los puestos sexto, séptimo y octavo. La cámara del dirigible capta la imagen del autódromo iluminado en la noche.



Los punteros pasan calentando llantas de un lado a otro en la recta. El hombre de camiseta sin mangas manotea. Le muestra el dedo a Kyle y Harvick.

- ¿Crees que Montoya debió entrar a ‘pits’? -, pregunta papá ante el rugido de los bólidos que se acercan.

- No estoy seguro -, digo apretando el celular en mi oído. - Vamos a ver si eso juega a su favor o en su contra -. Dejo que los bólidos pasen. - Lo que sí te puedo decir es que el equipo por fin está arriesgando. En la temporada pasada Montoya hubiera entrado. No hacerlo concuerda con sus declaraciones. Dijo que habían tirado la estrategia conservadora al carajo. Se muere por ganar una carrera.

- Eso es una buena noticia.

- Claro, porque si no ganas carreras no ganas campeonatos.

Dos guardias de seguridad llegan en un carrito de golf, caminan hacia el hombre que manotea y le indican que debe retirarse del ‘infield’.

- ¿Por qué me están sacando? -, leo en sus labios. Sube los hombros y muestra sus manos hacia arriba. Los guardias insisten, señalan el carrito de golf y lo escoltan. El rostro de Gordon estampado en su camiseta recortada. Baja la cabeza, se monta en el asiento de atrás y se lo llevan con los ojos en el piso.


Gordon escoge reiniciar por el carril de adentro. A Burton le toca el de afuera. Harvick se alinea detrás de Gordon. Montoya detrás de Burton. El ‘pace car’ apaga sus luces, los bólidos aceleran saliendo de la curva cuatro y cruzan la línea de meta ante la bandera verde. La carrera se relanza en la vuelta trescientos setenta y siete al rugir de los motores. Montoya pasa encajonado por el carril de afuera. Harvick se le adelanta, Kyle lo ataca por adentro. Montoya resiste. Corren puerta a puerta. David Ragan hace un trompo y ondea una nueva amarilla.



El ruido aminora de nuevo. Logano se gana el ‘Free Pass’ y recupera la vuelta perdida. Johnson y Boyer entran a ‘pits’. La pantalla muestra una mecha encendida en el arco principal de la pista. Johnson pasa culebreando. Papá llama de nuevo.

- Vi sin espacio a Montoya por afuera.

- Sí, la parte de adentro es más amplia y rápida.

- ¿A esto se refieren cuando dicen que es de malas?

- Estoy por pensar que hubiera sido mejor entrar a ‘pits’. Sus neumáticos pierden consistencia con rapidez. Kyle, Hamlin y Johnson están justo detrás de él.

Gordon vuelve a escoger el carril de adentro. A Burton le toca el de afuera. Harvick se alinea tras Gordon, Montoya tras Burton. Los bólidos aceleran y la carrera se relanza en la vuelta trescientos ochenta y cinco. Bush se tira por adentro y sobrepasa a Harvick. Montoya queda encajonado contra el muro de afuera. Pierde otro puesto con el 56 de Martin Truex Jr., que luce mejor parado. Baja al sexto lugar.

Resuena un totazo. El 77 de Sam Hornish Jr. hace un trompo y se va contra el muro de adentro. Su carro abollado expele humo por los bordes del capó; el lugar se llena de olor a quemado. Los bólidos se reagrupan tras el ‘pace car’.


Montoya queda rezagado al séptimo lugar. La pantalla lo muestra entrando a ‘pits’. Para frente a la pértiga con la bandera de Colombia. Sus mecánicos corren a cambiar los neumáticos. Sale en el puesto once adelante de Hamlin y Boyer.

- Tenías razón, debió entrar antes -, dice papá.

- De haber entrado estaría peleando la carrera -. La grúa engancha el carro de Hornish Jr., y se lo lleva arrastrado. - De todos modos me alegro de que el equipo se haya acordado que el que no arriesga no gana.

- Montoya ha corrido una buena carrera. Diría que ha corrido bien durante todo el año.

- Vamos a ver qué puede hacer en las cinco vueltas finales.

Los comisarios limpian el lugar del accidente, suben a una camioneta y despejan la pista. Gordon vuelve a escoger el carril de adentro. Kyle a su lado, Harvick detrás. El ‘pace car’ apaga sus luces, los bólidos aceleran saliendo de la curva cuatro, recorren el arco principal bajo la bandera verde, toman la curva uno. Kyle le mete el carro a Gordon por afuera, lo sostiene, pasan puerta a puerta rugiendo por la recta de atrás. Kyle logra sacarle una ventaja ganadora entrando a la curva tres y sale adelante en la cuatro. Montoya pasa a Johnson por adentro. Luce bien parado con sus neumáticos nuevos. Adelanta a Kenseth en el arco principal. Se bate con Ambrose puerta a puerta.




Kyle pasa liderando el grupo. Su bólido luce raudo y preciso. Toma las curvas con seguridad, sale bien parado y acelera sacando ventaja. Gordon defiende el segundo lugar de Harvick. Montoya rebasa a Ambrose por adentro.



El comisario de carrera agita la bandera blanca ante Kyle. El piloto de ‘Joe Gibbs Racing’ recorre el arco principal, desacelera en la entrada a la curva uno. Gordon sigue defendiendo el segundo lugar de Harvick. Entran a la curva uno. Montoya pelea con Truex Jr. Kyle sale de la curva dos, acelera ante el rugido de su motor y pasa enfilado hacia la victoria. Gordon y Harvick, luchan puerta a puerta. Montoya entreverado entre Truex Jr., y Newman. Se enfila hacia la curva tres, mete su bólido de forma incisiva por adentro. Levanto los ojos a la pantalla. Kyle cruza la línea de meta bajo la bandera a cuadros. Gordon delante de Harvick por una nariz. Burton cuarto, Karl Edwards quinto. Montoya delante de Truex Jr., y Newman por medio carro. Ambrose y Johnson, noveno y décimo.



Sexto. Bueno, no está mal. Con un remate fantástico en el que pasó a cinco carros en cinco vueltas. Camino hacia la salida del ‘infield’. Kyle Bush celebra la victoria dando trompos frente a la recta principal. La humareda de sus llantas quemadas se levanta sobre los ‘trailers’. Tomo el ómnibus que atraviesa la pista por debajo y desciendo en el parqueadero.

Me voy con un sabor agradable en la boca. Un ‘top’ diez en la Nascar es difícil de lograr por increíble que parezca. Aunque quisiera ver ganar a Montoya. Sentir la adrenalina del triunfo así como antes. El correr de la sangre por las venas.


Algunas personas beben cerveza en sillas plegables tras una camioneta parqueada. - ‘They are saying that Jeff Gordon likes to suck dick’ -, dice una joven de pantaloneta y piernas gruesas. Me mira y bebe de su botella. - ‘That he really likes to suck dick’.

Llamo a casa en Colombia. - Montoya no tuvo tiempo para sobrepasar más carros -, dice papá.

- Fue una carrera interesante. Aunque se dio lo que dije. Montoya debió haber entrado a ‘pits’ cuando Kyle lo hizo. Obvio, es un futurible pensar en lo que hubiera podido pasar.

- Montoya ha tenido mala suerte con las banderas amarillas.

- Es verdad. La suerte es un factor, pero nunca viene sola. Al equipo aún le falta tomar esas decisiones correctas que definen los triunfos. Arriesgar cuando hay que arriesgar y ser conservador cuando hay que serlo. Montoya dijo que no le gusta pensar que sea cuestión de mala suerte. Según él, uno hace su propia suerte.

- No sé si clasifique al ‘chase’ -, dice papá con resignación.

- Aún hay chance. Aunque en la medida en que esa posibilidad se aleje, Montoya va a correr con mayor libertad para ganar carreras. De pronto volvemos a ver al piloto de antes -, digo llegando al carro. - Un tipo que sólo pensaba en ganar carreras.

- ¿Ya sales para Filadelfia?

- Sí, llegué al carro.

- Ten cuidado con los venados.

- Esta no es su temporada de apareamiento. Aparte voy a tomar la I – 95 que es ancha y transitada.

- ‘The bucks are not horny’ -, responde riendo. - Ten cuidado de todos modos. Sabes que me preocupo cuando sé que andas manejando solo en mitad de la noche.

- Te llamo en cuatro horas cuando llegue a “Philly” -. Cuelgo. Pongo el GPS. Abro el ‘sunroof’ del carro, tomo la oreja que desemboca en la I – 95 hacia el norte y me encamino bajo la noche estrellada. Apoyo la cabeza en el espaldar y disfrutó del viento que refresca mi cara. Uno forja su propio destino, cuan cierto es eso. Nadie más que uno mismo. Tu esfuerzo, tu persistencia, tus decisiones, tu inteligencia emocional, la confianza que te tengas, todas abren tu camino. El que tú decidas.

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